A raíz de la app Ada y una serie de noticias que he ido leyendo a lo largo de los meses, me paro a pensar y me digo ¿Cuánto tiempo falta para que un diagnóstico nos lo de nuestro móvil y vayamos al médico para definir tratamientos nada más? En Francia, ya lo hacen.

 

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Es cierto que la tecnología está cada vez más metida en el mundo de la salud, tanto con gadgets para monitorización de síntomas, app para comprender y llevar un seguimiento de una enfermedad o condición y en general, para agilizarnos y facilitarnos ciertas técnicas.

 

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Yo es algo que tengo asimilado, además estoy ansiosa de ver ese momento, porque entre vosotros y yo, me fio mucho más de una IA que de mi médico de cabezera que lleva 40 años tratando resfriados, GEAs y 4 cositas más, que no es para nada despreciar, es que por suerte, la mayoría de la población no tiene patologías raras ni desacordes con su edad.

 

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Estoy convencida de que el hecho de ‘’saber’’ muchos contenidos, dejará de tener relevancia en la nueva sanidad y será mucho más importante la calidez y la cercanía. Las carreras sanitarias tendrán mucho más de psicología y de dar malas noticias o cómo acompañar y no tanto saberte todos los pares craneales y sus inervaciones.

 

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Por ejemplo, hablando de datos, el nivel de fiabilidad de una tecnología de google para la detección del cáncer de mama es de nada más y nada menos que de 89% y sube hasta el 93% si se combina con el ojo clínico humano (Esto fue en abril, actualmente tiene una fiabilidad del 99%). En contrapartida, tenemos que la tercera causa de muerte en EEUU es debido a errores médicos, lo que engloba no solo malos diagnósticos, sino equivocación a pedir pruebas, diagnósticos demasiado tarde, fallos en el tratamiento…

 

Aunque no hay estudios oficiales sobre la cantidad de errores médicos y de diagnóstico que se producen en España, en 2017 se produjeron 814 muertes por errores médicos (aunque según Kiani, la cifra estaría en torno a 25000 y 35000).

 

Otros, aunque no hubo muertes, quedaron gravemente afectados. Una chica perdió ambos pechos por un diagnóstico erróneo y de forma más cercana, una de mis mejores amigas, casi no lo cuenta, porque la mandaron 3 veces a casa con un tromboembolismo pulmonar, porque después de 3 médicos en urgencias, nadie supo decirle que tenía, solo que ya se le pasaría, gracias a Dios esta vez y no a los médicos, su ginecólogo, en un momento de lucidez, la exploró más a fondo y descubrió la pelota de pimpon que tenía en su pulmón derecho. Tuvo suerte. Nadie se espera que una chica joven, deportista, que come sano, que no fuma, que bebe en fiestas como cualquier adolescente, te llegue con ese diagnóstico, aunque los síntomas eran claros y pasaron por alto algunos datos clínicos que no tuvieron en cuenta.

 

El caso, es que estoy segura de que un sistema de inteligencia artificial, no fallaría ese diagnóstico, porque no está sesgado, no se mueve por impulsos, si no por datos y los datos eran obvios, pero no en una persona de 18 años.

 

Sabéis que soy una seguidora de la tecnología (aunque se que no es perfecta), por su capacidad de no estar sesgada, por la cantidad de información que puede almacenar y recuperar en 0,2, por la forma en la que nos puede facilitar la vida (siempre que se use bien) y sobretodo, por su poder de humanizar.

 

¿Habrá algo más humano que disminuir errores médicos y dar los mejores cuidados y tratamientos?

Creo que no.